Denia
Cuando uno da un nombre a una guitarra, está sentenciado de por vida. He vendido y revendido varias guitarras a lo largo de los años, ¿pero cómo voy a vender una guitarra con nombre? ¿Quién sería tan desalmado?
Denia estaba en poder de un músico valenciano. No sé si la quería, si la cuidaba. Sé que le puso una pegatina de un trébol, creo que equivocando el destino para el que esta guitarra fue creada, el jazz. Me parece que su penúltimo dueño la utilizaba para hacer rockabilly. Un amigo gestionó la compra, y con la excusa de ir a buscarla pasé un par de días en la costa valenciana. Viajamos dos desde Madrid, nos unimos a otros tantos en... Denia, nos tomamos una copas, un arroz, nos bañamos en el Mediterraneo y regresé con mi nueva y rebautizada Ibanez Artcore AF86. En Madrid hubo que cambiar una pastilla en circunstancias complicadas (para el luthier), y atornillar un Schaller de seguridad (lo primero que hizo mi Strato sin nombre al ser adquirida fue tirarse al suelo de cabeza en mi querido local de Tablada y autopartirse la pala, convirtiéndose también, de manera instantánea, en una compañera de por vida).
Denia tiene un sonido gordo como un tambor de madera con las tripas tensas, un aspecto lustroso y el mástil es cómodo como unos zapatos viejos. La canción que más le gusta tocar es Autumn Leaves.