viernes, junio 17, 2011

Treme vs. el individualismo en el jazz



Una de las cosas más interesantes de Treme es que te recuerda que el jazz, antes, era una música colectiva. Acostumbrados a la escena actual, donde el nombre principal es lo más importante y el resto de músicos son sólo sidemen, llama la atención cómo en Nueva Orleans (que es la cuna del jazz), la música es una actividad que se practica en grupo: las marching bands (en europa tenemos los pasacalles) en entierros, o en los desfiles del Mardi Gras.

Cuando el jazz se empezó a popularizar, los grandes nombres, como Duke o Benny Goodman, sólo eran un reclamo, y en sus orquestas tocaban los mejores músicos. Pero, sobre todo, las armonías se construían con varios vientos a la vez. Algo que incluso en los mejores tiempos se mantuvo: el primer quinteto de Miles tenía a veces dos saxos (era más bien un sexteto, con Cannonball y Coltrane), Ornette Coleman siempre lleva un trompetista o corneta y el disco que empezó el free jazz tenía dos bandas tocando a la vez, Mingus tocaba con una sección de vientos casi completa, etc.

La posibilidad de ver a un saxo haciendo una intro armónica para el solista, como en All Blues, es casi irreal hoy en día. Es cierto que hay músicos cuyo discurso requiere todo el protagonismo (Coltrane, Parker, aunque este aún tenía a Gillespie en su grupo), pero es triste que en el jazz contemporáneo, en general, se haya perdido esa idea de la música como celebración, como experiencia compartida.