domingo, febrero 24, 2013

Denia


Cuando uno da un nombre a una guitarra, está sentenciado de por vida. He vendido y revendido varias guitarras a lo largo de los años, ¿pero cómo voy a vender una guitarra con nombre? ¿Quién sería tan desalmado?

Denia estaba en poder de un músico valenciano. No sé si la quería, si la cuidaba. Sé que le puso una pegatina de un trébol, creo que equivocando el destino para el que esta guitarra fue creada, el jazz. Me parece que su penúltimo dueño la utilizaba para hacer rockabilly. Un amigo gestionó la compra, y con la excusa de ir a buscarla pasé un par de días en la costa valenciana. Viajamos dos desde Madrid, nos unimos a otros tantos en... Denia, nos tomamos una copas, un arroz, nos bañamos en el Mediterraneo y regresé con mi nueva y rebautizada Ibanez Artcore AF86. En Madrid hubo que cambiar una pastilla en circunstancias complicadas (para el luthier), y atornillar un Schaller de seguridad (lo primero que hizo mi Strato sin nombre al ser adquirida fue tirarse al suelo de cabeza en mi querido local de Tablada y autopartirse la pala, convirtiéndose también, de manera instantánea, en una compañera de por vida).

Denia tiene un sonido gordo como un tambor de madera con las tripas tensas, un aspecto lustroso y el mástil es cómodo como unos zapatos viejos. La canción que más le gusta tocar es Autumn Leaves.

martes, diciembre 06, 2011

A certain romance


But all of that's what the point is not
The point's that there ain't no romance around there


Se puede ir a un concierto sin tener ni idea de lo que se va a ver. O lo contrario, se puede acudir conociendo todos los temas de todos los discos y habiéndose estudiado los setlists que la banda ha estado haciendo antes de pasar por la ciudad. En un tiempo en el que la paranoia de la información total está haciendo que se pierda el misterio de casi todo —de todo lo que no es importante—, una de las cosas mágicas que aún conserva la música es la capacidad de sorpresa, la posibilidad de ver algo por primera vez. En mi vida me ha pasado unas cuantas veces. La última fue viendo a Wilco abrir con One Sunday morning, un tema desconocido para mí, que no había escuchado su último disco cuando fui al Circo Price hace unas semanas. Los chavales que estaban a mi lado se preguntaban si era un tema suyo, y uno llegó a decir que era una versión de Leonard Cohen. En cualquier caso, los 12 minutos de tema-río sin estribillo (un riesgo considerable para abrir), con el silencio atento y curioso del público fueron realmente especiales. Y, para mí, lo mejor de ese día. En el pasado me ocurrió igual cuando hicieron New Madrid de Uncle Tupelo en Aqualung, o I hate it here en Granada. Eran canciones que escuchaba por primera vez en directo, y que después siempre las he asociado a ese evento cuando las oía grabadas, y aún hoy me hacen recordar las sensaciones del día concreto en que las descubrí. Con otras bandas me ha pasado lo mismo. Por ejemplo, la del video, The beginning of the end de NIN en Madrid, uno de los momentos más apoteósicos que he vivido en una sala, sin conocer un solo acorde ni una palabra de la letra. Es imposible describir la energía del momento, aunque en el video se intuye un poco lo que allí estaba pasando. Y, por supuesto, imposible olvidar el concierto completo de Rancid en Festimad esperando para ver a RATM, un grupo del que no conocía nada, ni su música, ni su sonido, ni su aspecto. Cuando después me hice con el And out come the wolves, al escucharlo me sonaba como si las canciones estuvieran grabadas en directo en Madrid, como si fuera un disco personalizado.

miércoles, agosto 31, 2011

Jason Webley + H.I.T.S. 1 de septiembre



Este jueves volvemos a las tablas después de meses de inactividad, la marcha de Pablo a tierras norteñas, una paternidad reciente y un solo ensayo de preparación. Y lo hacemos abriendo para el gran Jason Webley, un artista de Seattle que gira por el mundo en solitario con su guitarra y su acordeón.

Nosotros iremos en acústico con cajón, banjo, ukelele, guitarra y bajo. El concierto empieza a las 21:30 puntualmente, porque a las 22:30 sube JW. Será en el Juglar.

"If you ever get the opportunity to see Jason Webley perform live, don’t let anything stop you. He is a force of nature"

"It was one of the best shows I've been to this year and possibly ever. This man knows how to put on a show. I don't feel like I have the talent to express what I experienced that evening"

"I suddenly feel very lucky that the stars coincided to bring me here tonight."

Juglar
C/ Lavapiés 37
[M] Lavapiés
Precio: 8€

Be happy.

viernes, julio 08, 2011

Lessavyfav


Esto es un frontman.

martes, junio 21, 2011

Begging


Nuestra historia no debe de ser muy distinta a la de muchas bandas. Sobre todo en una cosa: la mendicidad. Pides que te escuchen, pides que te hagan caso, pides que te vean, pides que te contraten y te editen, pides que te compren, pides que te promocionen, pides gustar. Cansa. Después de habitar un sello que se fue a la mierda porque la única razón de su existencia era sacar dinero explotando ilusiones, y conocer el enmierdado sistema de promoción que existe en el planeta-medios de la música "independiente", te cansas. La última es la contratación para un festival que organiza una promotora. Acuerdas todo, reservas el día, ensayas... y luego el ayuntamiento le da el festival a otra promotora y les avisa la semana anterior. La pregunta aquí es: ¿cuántas p#%@&s caben en una sola boca? La respuesta es fácil: una.

Dice Bobby McFerrin: "I grew up in a time when being a musician and learning to be a musician was actually very wonderful". Well... good for you Bobby, good for you!

viernes, junio 17, 2011

Treme vs. el individualismo en el jazz



Una de las cosas más interesantes de Treme es que te recuerda que el jazz, antes, era una música colectiva. Acostumbrados a la escena actual, donde el nombre principal es lo más importante y el resto de músicos son sólo sidemen, llama la atención cómo en Nueva Orleans (que es la cuna del jazz), la música es una actividad que se practica en grupo: las marching bands (en europa tenemos los pasacalles) en entierros, o en los desfiles del Mardi Gras.

Cuando el jazz se empezó a popularizar, los grandes nombres, como Duke o Benny Goodman, sólo eran un reclamo, y en sus orquestas tocaban los mejores músicos. Pero, sobre todo, las armonías se construían con varios vientos a la vez. Algo que incluso en los mejores tiempos se mantuvo: el primer quinteto de Miles tenía a veces dos saxos (era más bien un sexteto, con Cannonball y Coltrane), Ornette Coleman siempre lleva un trompetista o corneta y el disco que empezó el free jazz tenía dos bandas tocando a la vez, Mingus tocaba con una sección de vientos casi completa, etc.

La posibilidad de ver a un saxo haciendo una intro armónica para el solista, como en All Blues, es casi irreal hoy en día. Es cierto que hay músicos cuyo discurso requiere todo el protagonismo (Coltrane, Parker, aunque este aún tenía a Gillespie en su grupo), pero es triste que en el jazz contemporáneo, en general, se haya perdido esa idea de la música como celebración, como experiencia compartida.

viernes, mayo 27, 2011

Hey Jason

Jason Webley, su acordeón, Outkast, etc. "I'm about to break this shit down".



Próximamente en su ciudad. Junto a Holidays in the Sunset.