domingo, noviembre 07, 2010

¡Vivan los músicos!


Merece la pena oir a Wayne Shorter, un superviviente de los quintetos de Miles (deben de quedar él y Hancock), pero creo que muchos pagaron la entrada por Patittuci y Danilo Pérez. Dos suites sin pausa, una hora una, media otra, mucho color y mucha profundidad. Un sonido clásico, lleno de ángulos, aunque abierto y espacioso a veces, siempre suspendido, y que nunca llega a explotar del todo.

Pero es bonito oir a Mastretta. Y a sus 9 músicos. Y ver su entusiasmo, cómo explota el lado lúdico de la música, la baja de las alturas y se la regala al público; subiendo, por ejemplo, a tocar entre las butacas, o invitando a la gente a bajar al escenario a bailar. Música del sur, dicen, mediterranea, porteña, pero también cabaretera, europea a más no poder. El sur del mundo anglosajón, pero sobre todo el sur de la cabeza, eso sí.