sábado, septiembre 11, 2010

are la cabatal


Sólo el canario me ganó al ping-pong. La chica de Villajoyosa desapareció. La alemana del delantal blanco le puso un pepino a mi amigo en el regazo. La soprano se hizo acompañar por la melódica mientras sonaba la tralla de Davis en la cafetería...

No sé cuánto va a durar esto. Después de estar el sábado, lo que me parece es que es demasiado bueno para que pueda mantenerse como está por mucho tiempo. Demasiado libre, demasiado estimulante, demasiado real... Esta en su punto, está pasando y lo estamos viviendo. Como dice un cuadro magrittesco con pipa de la cafetería: "esto no es Berlín". Pues no, es mejor.