viernes, diciembre 18, 2009

Música e imágen

Un poco al hilo del post anterior, hoy se me han juntado en la cabeza un par de cosas sobre las dos palabras del título del de hoy.



1) En 2002 escuché muchas veces el Gold de Ryan Adams. Sé que sería mas cool decir que escuché muchas veces el Heartbreaker, pero lo cierto es que de ese primer disco ni me enteré. El Gold lo compré en Dublin y me gustaban prácticamente todas la canciones. Answering Bell no era de mis favoritas, pero al ser la segunda, siempre pasaba por ella, y además era corta, directa y resultona. Años más tarde vi el video y descubrí en los coros al cantante (gordito y pálido) de Counting Crowes. No me había dado cuenta de que participaba en el tema, en los estribillos y especialmente en el puente. Desde entonces, cada vez que sonaba la canción le veía ahí metido, con ese aspecto terrorifico del video. Pero también es cierto que empecé a escuchar esos coros en toda su dimensión y ahora me encantan, son como réplicas en un tono precioso y cada vez que entra el puente me vengo arriba.

2) Cuando Pearl Jam dejo de hacer videos, Eddie Vedder decia que él nunca supo el aspecto que tenían los Pixies, y que de todas formas le encantaban (seguro que le hubieran gustado menos si los hubiera visto con su pinta de antiestrellas). En 1994 escuchaba bastante el Siamese Dream de Smashing Pumpkins (yo), pero fue verles en directo y empezar a odiarles sin remisión.




3) El Something Else de Cannonball Adderley es uno de mis discos de jazz favoritos, pero tiene una de las peores portadas de la historia. Fondo negro y el título y el nombre de los músicos todo apilado en una columna de ancho fijo a la derecha: en blanco el título (bueno), en un espantoso verde el de Cannonball y en un azul que no pega con el verde el resto (con esa escalerita nombre-apellido). Así que, a veces, agradezco a Pablo que me perdiera la caja del CD cuando se lo dejé.

4) Luego está Malcolm Mclaren.